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Los tacos o clavos son protuberancias en la suela de un zapato o en un accesorio externo de un zapato que proporcionan tracción adicional en una superficie blanda o resbaladiza. Pueden tener forma cónica o de cuchilla y pueden ser de plástico, goma o metal. El tipo que se usa depende del entorno de juego: hierba, hielo, césped artificial u otros terrenos.
Se cree que durante el Imperio Romano, los legionarios romanos llevaban sandalias con tacos que se asemejaban a las calas. Las caligae (como se llamaban) eran sandalias militares de suela pesada y con clavos, conocidas por ser entregadas a los soldados legionarios y auxiliares en toda la República y el Imperio romanos.
Los atletas han usado caligas desde al menos el siglo XVI. Aunque no existen imágenes ni ejemplos de botas con tacos de esa época, la primera documentación escrita sobre las botas con tacos data de 1526, cuando las “botas de fútbol” figuran en el Gran Guardarropa del rey Enrique VIII[1]. Según los investigadores, el monarca inglés ordenó al zapatero real, Cornelius Johnson, que le hiciera un par de botas cosidas a mano “para jugar al fútbol”. Los zapatos costaban cuatro chelines (unos 200 dólares actuales) y probablemente estaban hechos de un cuero especialmente resistente.

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Las botas de fútbol, llamadas tacos o zapatos de fútbol en Norteamérica,[1] son un calzado que se utiliza para jugar al fútbol. Las diseñadas para campos de hierba tienen tacos en la suela para facilitar el agarre. Desde sus sencillos y humildes comienzos, las botas de fútbol han recorrido un largo camino y hoy en día son objeto de mucha investigación, desarrollo, patrocinio y comercialización en el seno de una industria mundial multinacional. Las “botas” modernas ya no son realmente botas, puesto que no cubren el tobillo; al igual que la mayoría de los tipos de calzado deportivo especializado, su diseño y apariencia básicos han convergido con los de las zapatillas deportivas desde la década de 1960.
1800s: Durante el siglo XIX, el fútbol se hizo muy popular en Gran Bretaña. La gente que jugaba se ponía sus pesadas y duras botas de trabajo para jugar. Éstas fueron las primeras botas con la puntera de acero en la parte delantera, cordones largos y una caña alta. Estas botas también tenían tacos metálicos o tachuelas en la parte inferior para que los jugadores tuvieran más agarre y estabilidad. A finales del siglo XIX se diseñó la primera bota específica de fútbol, hecha de cuero grueso y pesado que llegaba hasta el tobillo para aumentar la protección; la primera bota pesaba 500 gramos (18 onzas) y doblaba su peso cuando se mojaba[2].

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Hasta el día de hoy, persiste una leyenda del fútbol: Se dice que Adi Dassler contribuyó decisivamente al “Milagro de Berna” con los tacos atornillados que inventó. Es cierto que, en la final del Mundial de 1954, el equipo alemán estaba mejor equipado para el césped mojado por la lluvia del estadio de Wankdorf gracias a los tacos cambiables y, por tanto, pudo obtener una ventaja técnica sobre los húngaros, muy favorecidos. Pero Adi Dassler no inventó en absoluto los tacos atornillables. Hace 70 años, el 30 de agosto de 1949, Alexander Salot solicitó una patente para “botas de fútbol o similares con tacos antideslizantes reemplazables” (véase nuestro ” póster”, sólo en alemán).
Alexander Salot “A finales de los años 40 incluso tenía un empleado”, recordaba más tarde su hijo, “y yo le ayudaba después del colegio. Al principio fabricábamos zapatos y tachuelas en nuestro lavadero, más tarde en una casita de jardín construida por un carpintero amigo nuestro. Nuestras herramientas: una máquina de coser, una máquina de limpieza, clavos y prensas”.Para su equipo de fútbol, Salot desarrolló zapatos con tacos de tornillo reemplazables, que además eran considerablemente más ligeros que las botas de fútbol habituales en aquella época: con unos 350 gramos, pesaban al menos 100 gramos menos que los zapatos habituales en aquella época. El equipo Blumenthal llevaba jugando con este moderno calzado desde 1947 y enseguida se proclamó campeón de Bremen tres veces consecutivas: “Durante años, el activo futbolista y maestro zapatero se había molestado con las botas de sus compañeros del club deportivo Blumenthal”, informaba ya en 1950 “Der Spiegel” sobre el invento de Salot. “‘El repetido clavado de los tacos hacía que las suelas fueran cada vez más frágiles, y los tacos adecuados para el siguiente partido no se asentaban debajo de ellos después de todo’, se queja Salot. Un chaparrón, una noche helada… y el estado del campo cambia por completo”.

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Todos sabemos que los tacos forman parte del uniforme si eres futbolista o jugador de fútbol. Pero lo que quizá nunca hayas pensado es que no todos los tacos son iguales. Claro, se supone que tanto los tacos de fútbol como los de soccer hacen que los atletas sean más rápidos y estables. Pero como informa Popular Mechanics, hay una “ciencia sorprendentemente sofisticada” detrás del diseño de esos tacos.
Popular Mechanics señala que los fabricantes pueden producir tacos que se adaptan específicamente a la posición de un jugador en el campo. Por ejemplo, los receptores llevan tacos diferentes a los de los corredores y los defensores, que no llevan los mismos tacos que los jugadores de la línea ofensiva y defensiva. “El fútbol es similar”, señala Popular Mechanics. “Los delanteros atacantes, los medios dinámicos y los defensas firmes llevan un calzado específico”.
Al igual que las propias zapatillas presentan diferentes materiales en función de su finalidad y posición, lo mismo ocurre con los tacos propiamente dichos. “Los tacos de termo nylon son rígidos pero ligeros para una propulsión repentina”, señala Popular Mechanics. “El TPU, por su parte, ofrece un taco estable pero cómodo para un ajuste indulgente, más apropiado para un defensor”.    El movimiento y el peso de los jugadores también ayudan a determinar el tamaño y el estilo de los tacos.